lunes, 28 de diciembre de 2009

Necesitando a Dios en los congresos

Tras la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en México Distrito Federal, las voces religiosas se han elevado para repetir su dogmática posición. Ya mencionábamos en una entrada anterior las palabras del Cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera.

Ahora el turno para la discriminación corresponden al evangélico José Eduardo Órtiz Gonzalez, coordinador regional de la Asociación Ministerial Evangélica de Veracruz (AMEV) quien afirmó que tales uniones son aberrantes y van en contra del modelo propuesto por Dios en la Biblia.

También Órtiz añadió que: “Así como Dios está quebrantando las estructuras del narcotráfico y el crimen organizado yo creo que también necesitamos a Dios en los Congresos”

Aparte que el representante evangélico coloca las uniones civiles, nunca religiosas, de personas del mismo sexo al mismo nivel del crimen organizado, envió un mensaje encriptado para que hayan más legisladores evangélicos. Porque dejémoslo claro, su dios nunca vendrá a legislar. Serán los clerigos que queriendo acabar con el laicismo desean imponer sus convicciones a todos, creyentes o no, heterosexuales o no. ¿Conocerá el señor José Eduardo Órtiz el concepto de laicismo?

Pero este "dios en el congreso" si fuera fiel al modelo bíblico, no solo debería oponerse a las iniciativas de matrimonios civiles entre personas del mismo sexo, y llamarles abominación (según Levítico 18:22) debería crear una ley para aplicarles la pena de muerte (Levítico 18:29); también debería ordenar la muerte a quienes profanaran el sábado trabajando en este día (Éxodo 35:2), quienes consulten brujas, tengan ídolos o imagenes para adorar -aquí caen los católicos que veneran imagenes de la virgen- (Deuteronomio 13:5-9), debería inmolarse también a los adolescentes rebeldes (Deuteronomio 21:18-21), y todos los "falsos profetas" (Deuteronomio 13:5)

De aplicarse esto volveríamos a la época del horror y la barbarie. Nada muy diferente de la teocracia que los musulmanes quieren imponer donde se hacen mayoría.

Después de las masacres en "nombre de Dios", con los pocos mexicanos que quedasen a salvo, se podría tener esclavos de los pueblos vecinos. Estados Unidos y los países de Centroamérica podrían proveerlos, según Levítico 25:44-46

"Así tu siervo como tu sierva que tuvieres, serán de las gentes que están en vuestro alrededor: de ellos compraréis siervos y siervas. También compraréis de los hijos de los forasteros que viven entre vosotros, y de los que del linaje de ellos son nacidos en vuestra tierra, que están con vosotros; los cuales tendréis por posesión: Y los poseeréis por juro de heredad para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; empero en vuestros hermanos los hijos de Israel, no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza."

Queda claro. Necesitamos más legisladores que basen su voto en las enseñazas de la Biblia.

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